Dedicarse a esto de la Filosofía es una tarea muy complicada. Siempre lo ha sido, pero hoy en día parece serlo aún más. Las universidades en España están sobredimensionadas y la cantidad de puestos en la educación secundaria, al menos si las leyes planeadas se implantan, también está disminuyendo.
Para un graduado en Filosofía en España existen dos maneras directas (otro día hablaremos de las indirectas) de dedicarse a aquello que ha estudiado: dar clase en un instituto o entrar en la universidad. Impossible mission. Hoy en día ambas son complicadas. Si queremos dar clase en un instituto el camino es hacer el inefable master de profesor y después, si acaso, las oposiciones. Carrera de fondo. Si queremos tener alguna opción de entrar en la universidad, el camino es comenzar con leer la tesis (y previamente haber hecho un master de investigación, claro). Y no es necesario, pero para poder hacer la tesis ayuda el tener una beca de doctorado. Las becas de doctorado son una especie en peligro de extinción. Hay que cuidarlas.
¿Qué podemos hacer durante la carrera para que sea más fácil conseguir una beca de doctorado cuando llegue el momento?
1) ¡Aprender inglés! Suficiente como para ser capaces de entender literatura filosófica en inglés, comprender charlas y conferencias, o clases dadas en inglés, y como para poder escribir sin demasiada vergüenza en inglés (tanto textos académicos como en foros).
2) No conformarse con lo que nos enseñan en clase: ir más allá. Empezar a leer cosas por nuestra cuenta y a aprender por nuestra cuenta con los millones de recursos buenos que hay por internet. Se dice por ahí que el peor de los libros es mejor que el mejor de los profesores. No es tan radical, pero tiene algún punto de verdad: normalmente (y digo normalmente) la gente ha pasado más tiempo pensando las cosas para escribir un libro que para preparar una clase. Estudiar por nuestra cuenta es importante en cualquier caso. Si el día de mañana queremos competir internacionalmente, más nos vale prepararnos bien y no conformarnos con lo que nos den en la Universidad. Ir mucho más allá (es buena idea ver qué dan en otras universidades y leer sobre ello). Porque aunque haya temas que en la universidad te los hayan dado bien o muy bien, seguramente estamos lejos de manejar todo lo que es conveniente manejar.
3) Tener buenas notas. Muy buenas notas. Cuanto mejores, mejor. Las becas están muy relacionadas con la media académica. Puede no gustarnos, pero estas son las reglas del juego.
4) Empezar a hacer currículo desde jovencitos. En segundo o tercero de carrera se puede intentar ir mandado comunicaciones a congresos. A cosas tipo “Congreso de filosofía joven” y otros congresos para jóvenes investigadores, o incluso a los congresos que se celebren en donde vivimos, que por intentarlo no perdemos nada y aprendemos en cualquier caso. Mandar una propuesta a un congreso que se celebra en nuestra ciudad tiene la ventaja de que no tenemos que gastarnos el dinero en desplazarnos hasta donde sea. Practical tip: ¿dónde encontrar información sobre congresos? Por ejemplo aquí, para congresos en España y castellano. Si nos ponemos el mundo por montera y no nos importa irnos a hablar en inglés, aquí hay cosas interesantes, pero no es el único lugar. También se pueden buscar de la rama de la Filosofía que a cada cual le interese. A googlear (o duckduckgoar o startpagear) con creatividad. Otro practical tip: ¿cómo viajar barato? Supongo que una posible respuesta es: economía colaborativa. Por ejemplo ir de Airbnb cuando se busca alojamiento en otra ciudad. Seguro que vosotros tenéis muchas ideas sobre esto, que podéis dejar en los comentarios.
Uno de los mejores consejos que me dieron a mí en la carrera era que empezara a mandar cosas cuanto antes. En esta sociedad en la que se considera jóvenes a los adultos y se infantiliza a los jóvenes, se tiende a pensar que los alumnos, por defecto, son demasiado inmaduros para mandar cosas de ese tipo. Pero en realidad es cuestión de tener la cabeza bien amueblada y saber dónde encontrar la información relevante (¡Ejem! Stanford ¡Ejem!). Y saber ordenarla y relacionarla. Si sabemos hacer esas cosas, la edad no es tan importante (¿a qué edad escribía Hume? ¿A qué edad La Boétie? ¿A qué edad tuvo Schopenhauer las ideas básicas entorno a las cuales se construye su pensamiento?). Ciertamente, el haber terminado la carrera da una visión panorámica sobre las cosas, pero esa visión panorámica no es imprescindible para poder mandar una propuesta bien digna que nos permita ir haciendo cosas. Y si ocurre que no nos cogen la propuesta que mandamos, pues será el inicio de una larga lista de cosas que no nos cogen. Eso pasa hasta en las mejores familias. Hay que aprender de ello y hacerlo mejor a la siguiente (incluso cuando nos aceptan la propuesta). 🙂
Además, el mandar cosas a congresos tiene varias ventajas, que dejo que se os ocurran a vosotros (lo básico es que se aprende mucho más y que normalmente nos lo tomamos mucho más en serio…).
Todo esto aplica también para otras carreras, no sólo Filosofía.
Después, cuando ya nos vamos acercando al momento hay que hacer otras cosas relativas a la decisión del Master, el tema de tesis y el director de tesis, pero esto está lejos aún.