Violencia

“La violencia es el último recurso del incompetente”. S. Hardin (I. A.)

Aclaración preliminar: todo esto es discutible y me parece fabuloso discutirlo.

Bien, comencemos. ¿Cuándo está justificada la violencia? En el contexto de la lucha social, por ejemplo, ¿cuándo es adecuado usarla? (Son dos preguntas bastante diferentes).

Primero de todo: ¿qué entendemos por violencia? “Comportamiento que involucra la fuerza física destinado a dañar o matar a alguien o algo”, dice el diccionario Oxofrd. Conviene distinguir el alguien y el algo. No es lo mismo preguntarse por la justificación de la violencia contra personas (o animales) que por la justificación de la violencia contra las cosas. En algunas protestas actuales en el contexto de la Europa actual podemos ver a veces violencia por parte de los manifestantes, pero en caso de que la haya es sólo violencia contra las cosas: quemar contenedores, hacer pintadas en edificios, tirar huevos… Lamentablemente las fuerzas del orden ejercen violencia contra las personas en demasiadas ocasiones (una son demasiadas). Y suelen hacerlo, además, de forma desproporcionada. Pero ¿qué nos pensábamos? El estado consiste en el monopolio de la fuerza física (Weber), y puede ejercer esa fuerza física para controlar la disidencia y mantenerse en el poder. Los malos gobernantes la ejercen habitualmente.

Segundo: ¿Qué entendemos por justificada? Por un lado están las razones que se pueden dar para explicar una acción violenta en un determinado contexto y si esas razones son suficientes. Por otro lado puede estar una justificación moral de la violencia, en la que se puede examinar razones morales para utilizar la violencia en ciertos casos. Estos son dos formas distintas de entender la justificación. Así, la primera forma podría estar relacionada con la pregunta “¿cuándo es adecuado utilizarla?” de una forma puramente instrumental. Me explico: Quizá para lograr ciertas cosas uno de los posibles caminos que podemos utilizar es la violencia, y ese camino nos lleva a conseguir lo que queremos. Es decir: hay razones que indican que es adecuado utilizar la violencia como medio para conseguir tales fines. Además, pueden ocurrir dos cosas: que haya otros caminos, además de la violencia, para lograr tales fines, o que la violencia sea la única manera de llegar a esos propósitos. Esto último se dará en ciertos contextos y circunstancias. La pregunta, naturalmente, es cuáles son éstos. Hay además otra pregunta relevante aquí: ¿los fines justifican cualesquiera medios?

Por otro lado está la idea de la justificación moral de la violencia. Este es el sentido realmente fuerte de justificación. Quizá cuando nos preguntamos por la justificación de la violencia, la justificación de las cosas, no estamos buscando una explicación del tipo de la que hablo en el párrafo superior, sino más bien si hay una justificación moral. ¿Qué aspecto podría tener una justificación moral de la violencia (ejercida contra personas no consintientes)? Parece una pregunta difícil de responder. Desde luego, no parece nada fácil encontrar una teoría ética que apruebe universalmente causar daño a los otros cuando estos no consienten. Es decir, que para empezar tendría que ser una teoría contextualista. Quizá puedan darse contextos en los que la violencia siempre está justificada. Pero no sería suficiente con delimitar tal contexto. Necesitaríamos, además, una serie de razones morales que la justificaran para que lo estuviera. Un caso de justificación de la violencia en base a razones morales puede ser la aprobación de la tortura en el caso de que sea la única manera de evitar que explote una bomba y mate a muchas personas, como haría un utilitarista del acto en ese experimento mental y que resulta profundamente contraintuitivo para mucha gente.  (Además, la realidad no suele corresponder a las situaciones constreñidas de los experimentos mentales). En este caso el principio justificatorio sería el principio utilitarista del acto: la idea de que el bien es la felicidad para el mayor número en actos concretos, y el contexto sería aquel en el cual se sopesan las vidas y bienestares de muchas personas inocentes frente al bienestar de una sola. ¿Podríamos encontrar una justificación deontológica para la violencia? Parece complicado.

Algo que estoy asumiendo en la manera en la que estoy presentando el asunto es que es violencia ejercida contra personas inocentes. ¿Cambia algo el hecho de que sean culpables? ¿En qué medida han de ser culpables? Como se dice en la entrada de la SEP de Terrorism hay quien justifica que cierta acción violenta no es terrorismo porque las personas involucradas son culpables de ciertos crímenes, incluso aunque su responsabilidad sea MUY diluída, como Bin Laden defendiendo que todos los norteamericanos eran culpables de las burradas cometidas contra los musulmanes por pagar impuestos al gobierno. O Emile Henry defendiendo que los burgueses merecían bombas porque todos vivían de la explotación de los proletarios. ¿Está más justificada la violencia si se ejerce contra personas culpables (de manera razonable)?

En realidad, para las justificaciones utilitarista o deontológica de la violencia política puede no importar si la gente es culpable o no. Desde un punto de vista utilitarista la justificación deriva de las consecuencias, no de si se reestablece la justicia (en donde la culpabilidad sí es relevante) ni nada así.

Podemos mencionar también las ideas de algunos autores que defienden la violencia, concretamente algunos que la conceptúan como terapeútica. Para entender estas ideas podemos situarnos en el contexto de la descolonización de Algeria, y en donde había unos niveles de violencia sistémica y física muy grandes. Franz Fanon, por ejemplo, dice en The wretched of earth: “La descolonización es la verdadera creación de un nuevo hombre. Pero esta creación no le debe nada de su legitimidad a ningún poder sobrenatural. La “cosa” que ha sido colonizada se vuelve hombre durante el mismo proceso por el que se libra a sí mismo” (“On Violence”, The wretched of earth).  Es decir, la violencia ejercida por los colonos deshumaniza hasta tal punto a los colonizados que la (única) manera que tienen de rehumanizarse es la violencia. Sartre realizó el prefacio a dicho libro y analizó los efectos psicológicos que la tortura (violencia física directa) y el resto de la violencia sistémica vivida en Algeria tuvieron sobre la psicología de los argelinos y de los franceses. Por cierto, si la violencia ejercida por los colonos deshumaniza, ¿por qué la violencia ejercida por los colonizados rehumaniza en vez de deshumanizar doblemente? Algunas de estas ideas serán tratadas en un próximo post sobre violencia y cine.

En “La batalla de Alger” se relatan algunos de los sucesos que condujeron a la descolonización de Algeria, desde el punto de vista de los argelinos.

La idea de que sólo a través de la violencia puede ayudarse a que surja ese hombre nuevo con el que soñaban Rousseau y Marx está presente también en el régimen del terror (como se explica en Terrorism).

La violencia también ha sido defendida por algunos autores anarquistas y comunistas, que sostenían que la violencia es otro de los medios por los que se alcanza la revolución, y que hay que intentar llegar por todos los medios disponibles, sean estos cuales sean. Así, algunos anarquistas defendían la propaganda por los hechos, incluyendo hechos como el tiranicidio. En Dictatorship Vs Democracy, de Trotsky, podemos ver una defensa de la violencia como medio para llegar a la situación deseada, frente a las ideas de Kautsky. La idea de la dictadura del proletariado también implica esta tensión.

Y dicho todo esto, pasamos a defender la idea de que la violencia no está justificada (en el 99,99999% de los casos). (Fundamentalmente hablaremos de la situación que podemos encontrar en un país con una democracia no demasiado perfecta como el nuestro).

Para ello analizaremos la cuestión desde un punto de vista ético y también desde un punto de vista pragmático.

Desde un punto de vista ético, la lucha de movimientos como el comunismo y el anarquismo además de en un proyecto para un estado moderno (en el caso del anarquismo de organización de un grupo de gente), consiste, en el fondo, en tratar de eliminar las relaciones de poder (entre las personas y también con los animales o la naturaleza). En este párrafo estoy mezclando conceptos e ideas del anarquismo y del comunismo sin ningún tipo de pudor. Obviamente hay cosas que aplican más a una corriente que a la otra, pero me interesa la parte confluyente de ambas. La aplicación de la violencia implica, desde el principio, que prime la lógica del más fuerte, y que sea el más fuerte el que más poder tiene. Es decir, la esencia de las relaciones de poder que en principio se quieren eliminar.  Además, si justificamos la violencia para conquistar el poder, estamos justificando que aquellos a los que (potencialmente) nosotros oprimamos en el futuro puedan utilizar la violencia contra nosotros (Y no vale eso de “Noo, es que lo nuestro es lo justo de verdad”. Te van a responder “Fuck off.” ¿No es en cierto modo una paradoja de la autoexcepción? Nadie puede usar la violencia menos yo…). Podemos pensar que todas aquellas acciones en las que cambiamos la lógica son acciones verdaderamente revolucionarias (idea que comparto pero no es originalmente mía). Es decir, estaremos haciendo la revolución cada vez que abandonemos la lógica de las relaciones de poder y apliquemos la lógica de la igualdad, tanto con quienes tienen más poder que nosotros como con quienes tienen menos (propaganda por los hechos, que también puede ser pacífica). La crítica al estado es sólo un caso concreto del rechazo a las relaciones de poder (esto tampoco es mío). Ni dios ni amo. Ni siervo ni vasallo. Nunca.

Además, otro de los aspectos asociados a la violencia es la idea de escalada de la violencia (en el próximo post sobre este tema se verá mejor). Responder a los otros con violencia implica que cada vez las respuestas serán más fuertes e implica que cada vez nos alejaremos más del objetivo primordial que tenemos, la eliminación de las relaciones de poder y evitar que se vulneren los derechos humanos (y puede que también no humanos). La idea de los iguales derechos, el igual trato y el igual respeto para todos debería ser siempre el fin al que aspiremos.

La idea de la escalada de la violencia está relacionada con la idea de que en algún punto hay que romper la lógica de la violencia.Y romperla implica no utilizarla.

A la vanguardia de la Ilustración…

¿Significa esto quedarse quietos? ¿no hacer nada? No. (Casi) Nunca ocurre que la violencia sea la única opción, lo cual hace difícil justificar la violencia como herramienta de cambio social. Desde un punto de vista pragmático, en nuestro ámbito SIN DUDA la violencia es SIEMPRE muy poco efectiva. Para empezar, afortunadamente los manifestantes no realizan violencia contra personas. Ésta, incluso en regímenes totalitarios, tiene un problema: las personas son sustituibles, y contra lo que hay que luchar es contra las instituciones, no contra las personas concretas. Matar al rey significa que pongan a otro. Primero hay que desarticular las relaciones de apoyo en las que ese poder esta sustentado, para tratar de desarticular las instituciones. Todo se juega en un nivel mucho más elevado. (Primavera Árabe).

Por otra parte, en situaciones del tipo de un estado de naturaleza hobbesiano, quizá la violencia puede tener cierto papel de resistencia a la dominación (especialmente cuando es una violencia realizada públicamente, si se tiene intención de dejar claro que quien se supone que tiene la autoridad no la tiene realmente y se usa la mínima violencia posible). Quizá, incluso en un estado de naturaleza hobbesiano (regido por la ley del más fuerte explícitamente) hay formas no violentas de conseguir eso mismo. En cualquier caso, por definición, cuando se vive bajo un estado, no se está en una situación de estado de naturaleza hobbesiano. Y en mayor o menor medida habrá algún tipo de estructuración estatal, que es contra lo que hay que luchar (contra las partes injustas o que permiten injusticia de esta estructuración).

Respecto de la violencia contra las cosas, no es demasiado útil tampoco. Y probablemente tiene consecuencias indeseadas para personas que no tienen nada que ver. Seguramente es un error (empíricamente contrastado) pensar que una manifestación violenta es más útil que una manifestación pacífica (¿En nuestra historia reciente, qué manifestaciones violentas han tenido más éxito que manifestaciones pacíficas?). Si lo que persigue la manifestación es cierto consenso de mayorías, entonces la gente está más dispuesta a aceptar el mensaje de pacifistas que el mensaje de gente violenta. Si lo que persigue es destruir el capitalismo, por quemar contenedores pagados con dinero público tampoco se logra nada. Ni por hacer pintadas en las fachadas de los bancos, pintadas que luego tendrán que limpiar unos empleados de la limpieza que probablemente están tan explotados como quienes las hacen. Además, no hay ningún tipo de pruebas de que las manifestaciones violentas consigan más fácilmente más apoyo social (creo que generalmente obtienen menos) ni más objetivos políticos.

Tenemos entonces un problema: si las manifestaciones sirven para poco, y las manifestaciones violentas son poco prácticas, ¿qué podemos hacer? La idea es destruir la situación anterior y construir una nueva situación. La destrucción de la situación previa no tiene por qué ser violenta. La desobediencia civil, pacífica, consciente, por motivos de consciencia (éticos y BIEN justificados) y que asume las responsabilidades de vulnerar las leyes puede ser una manera de aportar nuestro granito de arena en la destrucción de la situación anterior. En una democracia imperfecta, se puede tratar de que los abusos de poder cometidos por los gobernantes salgan a la luz tanto como sea posible, lo cual puede conducir a que el poder cambie democráticamente. Personalmente prefiero la parte constructiva (que a su vez es destructiva). Podemos tratar de construir herramientas que empoderen a las personas (por ejemplo, esta plataforma de blogs es constructiva en el sentido de que permite empoderar a personas normales para que puedan tener una voz no censurada ni controlada), o de apoyar a aquellas personas que estén en situación de realizar acciones con un impacto efectivo y positivo. La idea en general es que siempre hay alternativas a la violencia, y siempre hay acciones inteligentes y creativas que pueden tener mayor repercusión que la violencia (que además es indeseable por sí misma por los motivos expuestos). “La violencia es el último recurso del incompetente”.

Una posible objeción a este enfoque es que “muy bien, pero corres el riesgo de quedarte viviendo en una pequeña burbuja en la que no hay relaciones de poder mientras el mundo es un turbulento océano de explotación. Y no luchas contra ese océano”. ¿Es la violencia una mejor manera de luchar contra ese mar que recibe esos golpes y se amoldaa ellos sin demasiado problema?