Lectura de la República

Esto puede ser interesante. La República es uno de los libros más importantes en la Historia de la Filosofía, y quizá el hecho de que haya gente que lo va leyendo al mismo tiempo puede ser motivante para que os enganchéis.

Platón mola mogollón. Mola mucho ver cómo va modelando los argumentos, cómo elige iluminar ciertas cosas en vez de otras, como evita los caminos que no le van a llevar a ningún sitio, en definitiva cómo controla la dialéctica genial. Más allá de las conclusiones, que moldean nuestra forma de comprenderlo casi todo. (Y sirve para pensar alternativas, dicho sea de paso.) Y de vez en cuando es como ¡¡¡¡GOOOOLLL!!!!

Ánimo!

Violencia

“La violencia es el último recurso del incompetente”. S. Hardin (I. A.)

Aclaración preliminar: todo esto es discutible y me parece fabuloso discutirlo.

Bien, comencemos. ¿Cuándo está justificada la violencia? En el contexto de la lucha social, por ejemplo, ¿cuándo es adecuado usarla? (Son dos preguntas bastante diferentes).

Primero de todo: ¿qué entendemos por violencia? “Comportamiento que involucra la fuerza física destinado a dañar o matar a alguien o algo”, dice el diccionario Oxofrd. Conviene distinguir el alguien y el algo. No es lo mismo preguntarse por la justificación de la violencia contra personas (o animales) que por la justificación de la violencia contra las cosas. En algunas protestas actuales en el contexto de la Europa actual podemos ver a veces violencia por parte de los manifestantes, pero en caso de que la haya es sólo violencia contra las cosas: quemar contenedores, hacer pintadas en edificios, tirar huevos… Lamentablemente las fuerzas del orden ejercen violencia contra las personas en demasiadas ocasiones (una son demasiadas). Y suelen hacerlo, además, de forma desproporcionada. Pero ¿qué nos pensábamos? El estado consiste en el monopolio de la fuerza física (Weber), y puede ejercer esa fuerza física para controlar la disidencia y mantenerse en el poder. Los malos gobernantes la ejercen habitualmente.

Segundo: ¿Qué entendemos por justificada? Por un lado están las razones que se pueden dar para explicar una acción violenta en un determinado contexto y si esas razones son suficientes. Por otro lado puede estar una justificación moral de la violencia, en la que se puede examinar razones morales para utilizar la violencia en ciertos casos. Estos son dos formas distintas de entender la justificación. Así, la primera forma podría estar relacionada con la pregunta “¿cuándo es adecuado utilizarla?” de una forma puramente instrumental. Me explico: Quizá para lograr ciertas cosas uno de los posibles caminos que podemos utilizar es la violencia, y ese camino nos lleva a conseguir lo que queremos. Es decir: hay razones que indican que es adecuado utilizar la violencia como medio para conseguir tales fines. Además, pueden ocurrir dos cosas: que haya otros caminos, además de la violencia, para lograr tales fines, o que la violencia sea la única manera de llegar a esos propósitos. Esto último se dará en ciertos contextos y circunstancias. La pregunta, naturalmente, es cuáles son éstos. Hay además otra pregunta relevante aquí: ¿los fines justifican cualesquiera medios?

Por otro lado está la idea de la justificación moral de la violencia. Este es el sentido realmente fuerte de justificación. Quizá cuando nos preguntamos por la justificación de la violencia, la justificación de las cosas, no estamos buscando una explicación del tipo de la que hablo en el párrafo superior, sino más bien si hay una justificación moral. ¿Qué aspecto podría tener una justificación moral de la violencia (ejercida contra personas no consintientes)? Parece una pregunta difícil de responder. Desde luego, no parece nada fácil encontrar una teoría ética que apruebe universalmente causar daño a los otros cuando estos no consienten. Es decir, que para empezar tendría que ser una teoría contextualista. Quizá puedan darse contextos en los que la violencia siempre está justificada. Pero no sería suficiente con delimitar tal contexto. Necesitaríamos, además, una serie de razones morales que la justificaran para que lo estuviera. Un caso de justificación de la violencia en base a razones morales puede ser la aprobación de la tortura en el caso de que sea la única manera de evitar que explote una bomba y mate a muchas personas, como haría un utilitarista del acto en ese experimento mental y que resulta profundamente contraintuitivo para mucha gente.  (Además, la realidad no suele corresponder a las situaciones constreñidas de los experimentos mentales). En este caso el principio justificatorio sería el principio utilitarista del acto: la idea de que el bien es la felicidad para el mayor número en actos concretos, y el contexto sería aquel en el cual se sopesan las vidas y bienestares de muchas personas inocentes frente al bienestar de una sola. ¿Podríamos encontrar una justificación deontológica para la violencia? Parece complicado.

Algo que estoy asumiendo en la manera en la que estoy presentando el asunto es que es violencia ejercida contra personas inocentes. ¿Cambia algo el hecho de que sean culpables? ¿En qué medida han de ser culpables? Como se dice en la entrada de la SEP de Terrorism hay quien justifica que cierta acción violenta no es terrorismo porque las personas involucradas son culpables de ciertos crímenes, incluso aunque su responsabilidad sea MUY diluída, como Bin Laden defendiendo que todos los norteamericanos eran culpables de las burradas cometidas contra los musulmanes por pagar impuestos al gobierno. O Emile Henry defendiendo que los burgueses merecían bombas porque todos vivían de la explotación de los proletarios. ¿Está más justificada la violencia si se ejerce contra personas culpables (de manera razonable)?

En realidad, para las justificaciones utilitarista o deontológica de la violencia política puede no importar si la gente es culpable o no. Desde un punto de vista utilitarista la justificación deriva de las consecuencias, no de si se reestablece la justicia (en donde la culpabilidad sí es relevante) ni nada así.

Podemos mencionar también las ideas de algunos autores que defienden la violencia, concretamente algunos que la conceptúan como terapeútica. Para entender estas ideas podemos situarnos en el contexto de la descolonización de Algeria, y en donde había unos niveles de violencia sistémica y física muy grandes. Franz Fanon, por ejemplo, dice en The wretched of earth: “La descolonización es la verdadera creación de un nuevo hombre. Pero esta creación no le debe nada de su legitimidad a ningún poder sobrenatural. La “cosa” que ha sido colonizada se vuelve hombre durante el mismo proceso por el que se libra a sí mismo” (“On Violence”, The wretched of earth).  Es decir, la violencia ejercida por los colonos deshumaniza hasta tal punto a los colonizados que la (única) manera que tienen de rehumanizarse es la violencia. Sartre realizó el prefacio a dicho libro y analizó los efectos psicológicos que la tortura (violencia física directa) y el resto de la violencia sistémica vivida en Algeria tuvieron sobre la psicología de los argelinos y de los franceses. Por cierto, si la violencia ejercida por los colonos deshumaniza, ¿por qué la violencia ejercida por los colonizados rehumaniza en vez de deshumanizar doblemente? Algunas de estas ideas serán tratadas en un próximo post sobre violencia y cine.

En “La batalla de Alger” se relatan algunos de los sucesos que condujeron a la descolonización de Algeria, desde el punto de vista de los argelinos.

La idea de que sólo a través de la violencia puede ayudarse a que surja ese hombre nuevo con el que soñaban Rousseau y Marx está presente también en el régimen del terror (como se explica en Terrorism).

La violencia también ha sido defendida por algunos autores anarquistas y comunistas, que sostenían que la violencia es otro de los medios por los que se alcanza la revolución, y que hay que intentar llegar por todos los medios disponibles, sean estos cuales sean. Así, algunos anarquistas defendían la propaganda por los hechos, incluyendo hechos como el tiranicidio. En Dictatorship Vs Democracy, de Trotsky, podemos ver una defensa de la violencia como medio para llegar a la situación deseada, frente a las ideas de Kautsky. La idea de la dictadura del proletariado también implica esta tensión.

Y dicho todo esto, pasamos a defender la idea de que la violencia no está justificada (en el 99,99999% de los casos). (Fundamentalmente hablaremos de la situación que podemos encontrar en un país con una democracia no demasiado perfecta como el nuestro).

Para ello analizaremos la cuestión desde un punto de vista ético y también desde un punto de vista pragmático.

Desde un punto de vista ético, la lucha de movimientos como el comunismo y el anarquismo además de en un proyecto para un estado moderno (en el caso del anarquismo de organización de un grupo de gente), consiste, en el fondo, en tratar de eliminar las relaciones de poder (entre las personas y también con los animales o la naturaleza). En este párrafo estoy mezclando conceptos e ideas del anarquismo y del comunismo sin ningún tipo de pudor. Obviamente hay cosas que aplican más a una corriente que a la otra, pero me interesa la parte confluyente de ambas. La aplicación de la violencia implica, desde el principio, que prime la lógica del más fuerte, y que sea el más fuerte el que más poder tiene. Es decir, la esencia de las relaciones de poder que en principio se quieren eliminar.  Además, si justificamos la violencia para conquistar el poder, estamos justificando que aquellos a los que (potencialmente) nosotros oprimamos en el futuro puedan utilizar la violencia contra nosotros (Y no vale eso de “Noo, es que lo nuestro es lo justo de verdad”. Te van a responder “Fuck off.” ¿No es en cierto modo una paradoja de la autoexcepción? Nadie puede usar la violencia menos yo…). Podemos pensar que todas aquellas acciones en las que cambiamos la lógica son acciones verdaderamente revolucionarias (idea que comparto pero no es originalmente mía). Es decir, estaremos haciendo la revolución cada vez que abandonemos la lógica de las relaciones de poder y apliquemos la lógica de la igualdad, tanto con quienes tienen más poder que nosotros como con quienes tienen menos (propaganda por los hechos, que también puede ser pacífica). La crítica al estado es sólo un caso concreto del rechazo a las relaciones de poder (esto tampoco es mío). Ni dios ni amo. Ni siervo ni vasallo. Nunca.

Además, otro de los aspectos asociados a la violencia es la idea de escalada de la violencia (en el próximo post sobre este tema se verá mejor). Responder a los otros con violencia implica que cada vez las respuestas serán más fuertes e implica que cada vez nos alejaremos más del objetivo primordial que tenemos, la eliminación de las relaciones de poder y evitar que se vulneren los derechos humanos (y puede que también no humanos). La idea de los iguales derechos, el igual trato y el igual respeto para todos debería ser siempre el fin al que aspiremos.

La idea de la escalada de la violencia está relacionada con la idea de que en algún punto hay que romper la lógica de la violencia.Y romperla implica no utilizarla.

A la vanguardia de la Ilustración…

¿Significa esto quedarse quietos? ¿no hacer nada? No. (Casi) Nunca ocurre que la violencia sea la única opción, lo cual hace difícil justificar la violencia como herramienta de cambio social. Desde un punto de vista pragmático, en nuestro ámbito SIN DUDA la violencia es SIEMPRE muy poco efectiva. Para empezar, afortunadamente los manifestantes no realizan violencia contra personas. Ésta, incluso en regímenes totalitarios, tiene un problema: las personas son sustituibles, y contra lo que hay que luchar es contra las instituciones, no contra las personas concretas. Matar al rey significa que pongan a otro. Primero hay que desarticular las relaciones de apoyo en las que ese poder esta sustentado, para tratar de desarticular las instituciones. Todo se juega en un nivel mucho más elevado. (Primavera Árabe).

Por otra parte, en situaciones del tipo de un estado de naturaleza hobbesiano, quizá la violencia puede tener cierto papel de resistencia a la dominación (especialmente cuando es una violencia realizada públicamente, si se tiene intención de dejar claro que quien se supone que tiene la autoridad no la tiene realmente y se usa la mínima violencia posible). Quizá, incluso en un estado de naturaleza hobbesiano (regido por la ley del más fuerte explícitamente) hay formas no violentas de conseguir eso mismo. En cualquier caso, por definición, cuando se vive bajo un estado, no se está en una situación de estado de naturaleza hobbesiano. Y en mayor o menor medida habrá algún tipo de estructuración estatal, que es contra lo que hay que luchar (contra las partes injustas o que permiten injusticia de esta estructuración).

Respecto de la violencia contra las cosas, no es demasiado útil tampoco. Y probablemente tiene consecuencias indeseadas para personas que no tienen nada que ver. Seguramente es un error (empíricamente contrastado) pensar que una manifestación violenta es más útil que una manifestación pacífica (¿En nuestra historia reciente, qué manifestaciones violentas han tenido más éxito que manifestaciones pacíficas?). Si lo que persigue la manifestación es cierto consenso de mayorías, entonces la gente está más dispuesta a aceptar el mensaje de pacifistas que el mensaje de gente violenta. Si lo que persigue es destruir el capitalismo, por quemar contenedores pagados con dinero público tampoco se logra nada. Ni por hacer pintadas en las fachadas de los bancos, pintadas que luego tendrán que limpiar unos empleados de la limpieza que probablemente están tan explotados como quienes las hacen. Además, no hay ningún tipo de pruebas de que las manifestaciones violentas consigan más fácilmente más apoyo social (creo que generalmente obtienen menos) ni más objetivos políticos.

Tenemos entonces un problema: si las manifestaciones sirven para poco, y las manifestaciones violentas son poco prácticas, ¿qué podemos hacer? La idea es destruir la situación anterior y construir una nueva situación. La destrucción de la situación previa no tiene por qué ser violenta. La desobediencia civil, pacífica, consciente, por motivos de consciencia (éticos y BIEN justificados) y que asume las responsabilidades de vulnerar las leyes puede ser una manera de aportar nuestro granito de arena en la destrucción de la situación anterior. En una democracia imperfecta, se puede tratar de que los abusos de poder cometidos por los gobernantes salgan a la luz tanto como sea posible, lo cual puede conducir a que el poder cambie democráticamente. Personalmente prefiero la parte constructiva (que a su vez es destructiva). Podemos tratar de construir herramientas que empoderen a las personas (por ejemplo, esta plataforma de blogs es constructiva en el sentido de que permite empoderar a personas normales para que puedan tener una voz no censurada ni controlada), o de apoyar a aquellas personas que estén en situación de realizar acciones con un impacto efectivo y positivo. La idea en general es que siempre hay alternativas a la violencia, y siempre hay acciones inteligentes y creativas que pueden tener mayor repercusión que la violencia (que además es indeseable por sí misma por los motivos expuestos). “La violencia es el último recurso del incompetente”.

Una posible objeción a este enfoque es que “muy bien, pero corres el riesgo de quedarte viviendo en una pequeña burbuja en la que no hay relaciones de poder mientras el mundo es un turbulento océano de explotación. Y no luchas contra ese océano”. ¿Es la violencia una mejor manera de luchar contra ese mar que recibe esos golpes y se amoldaa ellos sin demasiado problema?

Filosofía para principiantes

Existential comics (que no es graduado en Filosofía, sino autodidacta) nos da consejos sobre por dónde empezar y cómo leer cuando quieres aprender filosofía en plan autodidacta. No sé hasta qué punto estoy de acuerdo con eso del principio de caridad (la idea de que se debe escoger, de entre todas las posibles, la interpretación más racional) y leer la filosofía como ciencia, porque no es ciencia… No sé si tiene sentido pensar en “el justo es feliz y el injusto infeliz” (conclusión platónica en la conversación con Trasímaco) como un hecho. Precisamente porque el resto de lo que lees, la argumentación, está destinada a sustentar esa afirmación, y un hecho es algo muy diferente. La idea de leer para entender sí me parece correcta. Pero el principio de caridad es necesario. Siempre es mejor leer a los filósofos que escriben claro, porque te quitan parte del trabajo de liberarte de ambiguedades o de cosas que no se entienden, pero en general conviene asumir la reconstrucción más racional cuando se lee filosofía (no suele tener sentido asumir otra, incluso en autores irracionalistas, porque una cosa es el flujo de la exposición y otra el contenido de las ideas).

También es muy interesante recordar que la actitud “yo soy listo y los demás son tontos y dicen bobadas/obviedades” no es la más adecuada para entender las cosas en profundidad. Y a veces hasta es incorrecto. 😀 Podría hasta ocurrir que esas cosas nos resulten obvias porque el autor en cuestión haya establecido el marco cultural desde el que vemos la realidad. Y todo. (Bueno, en realidad también puede ocurrir que diga obviedades de verdad, ¡hay que saber distinguir sabiamente!)

Dice “My process often starts with YouTube, then SEP, then podcasts, then reading primary material.” Yo creo que el razonable, al menos en modo aprendizaje, sería mejor casi al revés: Material primario, luego SEP,  LIBROS BUENOS, luego LIBROS BUENOS, si tenéis tiempo podcasts y luego ya para entreteneros youtube. Youtube también está bien para entrar en temas… pero sólo entrar. ¡Luego hay trabajo que hacer! También depende de qué cosa estemos viendo en youtube. Los cursos online de buenos profesores son un material buenísimo para empezar a aprender, pero hay otras cosas dudosas. Hay mierda y cosas buenísimas.

No cejaré en mi empeño de insistir en esto: Hay que tener criterio para saber distinguir, y el criterio sólo se forma leyendo cosas buenas antes.

Eutifrón

¿Las cosas son buenas porque Dios las manda (son sus mandatos) o Dios las manda porque son buenas? ¿Qué consecuencias tiene cada una de estas elecciones sobre el resto de nuestros compromisos éticos, políticos, metafísicos…?

Platón, siempre de actualidad.

Decálogo (del Filósofo)

Bertrand Russell nos dejó un decálogo que según él debía ser enseñado a los estudiantes:

1. No estés absolutamente seguro de nada.

2. No creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por salir a la luz.

3. Nunca intentes oponerte al raciocino, pues seguramente lo conseguirás.

4. Cuando encuentres oposición, aunque provenga de tu esposo o de tus hijos, trata de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que dependa de la autoridad es irreal e ilusoria.

5. No respetes la autoridad de los demás, pues siempre se encuentran autoridades enfrentadas.

6. No utilices la fuerza para suprimir las ideas que crees perniciosas, pues si lo haces, ellas te suprimirán a ti.

7. No temas ser extravagante en tus ideas, pues todas la ideas ahora aceptadas fueron en su día extravagantes.

8. Disfruta más con la discrepancia inteligente que con la conformidad pasiva, pues si valoras la inteligencia como debieras, aquélla significa un acuerdo más profundo que ésta.

9. Muéstrate escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incómoda, pues más incómoda es cuando tratas de ocultarla.

10. No sientas envidia de la felicidad de los que viven en el paraíso de los necios, pues sólo un necio pensará que eso es la felicidad.

El artículo entero (en inglés) puede encontrarse aquí . También aquí, pero me parece más difícil de leer. Hemos tomado la traducción de aquí.

Y aprovecho la ocasión para recomendar otro texto de Russell: Elogio a la ociosidad. Peeero, wait, wait, wait: antes de leer hay que pensar*. Ya sabéis, tenéis que pensar en la cuestión, primero tratando de definirla (es decir, delimitarla) y luego tratando de verla desde el mayor número posible de puntos de vista. ¿Qué buenos argumentos se os ocurren a favor de la ética del trabajo? ¿Y a favor de la ociosidad? Aquí el texto.

*Uno de los mejores consejos que me han dado sobre cómo leer me lo dio un amigo al que, paradójicamente, no le gustaba nada leer: “si lees sin haber pensado sobre la cuestión antes, y sin tener una idea previa, no sirve de nada”.

Contra viento y marea

Dedicarse a esto de la Filosofía es una tarea muy complicada. Siempre lo ha sido, pero hoy en día parece serlo aún más. Las universidades en España están sobredimensionadas y la cantidad de puestos en la educación secundaria, al menos si las leyes planeadas se implantan, también está disminuyendo.

Para un graduado en Filosofía en España existen dos maneras directas (otro día hablaremos de las indirectas) de dedicarse a aquello que ha estudiado: dar clase en un instituto o entrar en la universidad. Impossible mission. Hoy en día ambas son complicadas. Si queremos dar clase en un instituto el camino es hacer el inefable master de profesor y después, si acaso, las oposiciones. Carrera de fondo. Si queremos tener alguna opción de entrar en la universidad, el camino es comenzar con leer la tesis (y previamente haber hecho un master de investigación, claro). Y no es necesario, pero para poder hacer la tesis ayuda el tener una beca de doctorado.  Las becas de doctorado son una especie en peligro de extinción. Hay que cuidarlas.

¿Qué podemos hacer durante la carrera para que sea más fácil conseguir una beca de doctorado cuando llegue el momento?

1) ¡Aprender inglés! Suficiente como para ser capaces de entender literatura filosófica en inglés, comprender charlas y conferencias, o clases dadas en inglés, y como para poder escribir sin demasiada vergüenza en inglés (tanto textos académicos como en foros).

2) No conformarse con lo que nos enseñan en clase: ir más allá. Empezar a leer cosas por nuestra cuenta y a aprender por nuestra cuenta con los millones de recursos buenos que hay por internet. Se dice por ahí que el peor de los libros es mejor que el mejor de los profesores. No es tan radical, pero tiene algún punto de verdad: normalmente (y digo normalmente) la gente ha pasado más tiempo pensando las cosas para escribir un libro que para preparar una clase. Estudiar por nuestra cuenta es importante en cualquier caso. Si el día de mañana queremos competir internacionalmente, más nos vale prepararnos bien y no conformarnos con lo que nos den en la Universidad. Ir mucho más allá (es buena idea ver qué dan en otras universidades y leer sobre ello). Porque aunque haya temas que en la universidad te los hayan dado bien o muy bien, seguramente estamos lejos de manejar todo lo que es conveniente manejar.

3) Tener buenas notas. Muy buenas notas. Cuanto mejores, mejor. Las becas están muy relacionadas con la media académica. Puede no gustarnos, pero estas son las reglas del juego.

4) Empezar a hacer currículo desde jovencitos. En segundo o tercero de carrera se puede intentar ir mandado comunicaciones a congresos. A cosas tipo “Congreso de filosofía joven” y otros congresos para jóvenes investigadores, o incluso a los congresos que se celebren en donde vivimos, que por intentarlo no perdemos nada y aprendemos en cualquier caso. Mandar una propuesta a un congreso que se celebra en nuestra ciudad tiene la ventaja de que no tenemos que gastarnos el dinero en desplazarnos hasta donde sea. Practical tip: ¿dónde encontrar información sobre congresos? Por ejemplo aquí, para congresos en España y castellano. Si nos ponemos el mundo por montera y no nos importa irnos a hablar en inglés, aquí hay cosas interesantes, pero no es el único lugar. También se pueden buscar de la rama de la Filosofía que a cada cual le interese. A googlear (o duckduckgoar o startpagear) con creatividad. Otro practical tip: ¿cómo viajar barato? Supongo que una posible respuesta es: economía colaborativa. Por ejemplo ir de Airbnb cuando se busca alojamiento en otra ciudad. Seguro que vosotros tenéis muchas ideas sobre esto, que podéis dejar en los comentarios.

Uno de los mejores consejos que me dieron a mí en la carrera era que empezara a mandar cosas cuanto antes. En esta sociedad en la que se considera jóvenes a los adultos y se infantiliza a los jóvenes, se tiende a pensar que los alumnos, por defecto, son demasiado inmaduros para mandar cosas de ese tipo. Pero en realidad es cuestión de tener la cabeza bien amueblada y saber dónde encontrar la información relevante (¡Ejem! Stanford ¡Ejem!). Y saber ordenarla y relacionarla. Si sabemos hacer esas  cosas, la edad no es tan importante (¿a qué edad escribía Hume? ¿A qué edad La Boétie? ¿A qué edad tuvo Schopenhauer las ideas básicas entorno a las cuales se construye su pensamiento?). Ciertamente, el haber terminado la carrera da una visión panorámica sobre las cosas, pero esa visión panorámica no es imprescindible para poder mandar una propuesta bien digna que nos permita ir haciendo cosas. Y si ocurre que no nos cogen la propuesta que mandamos, pues será el inicio de una larga lista de cosas que no nos cogen. Eso pasa hasta en las mejores familias. Hay que aprender de ello y hacerlo mejor a la siguiente (incluso cuando nos aceptan la propuesta). 🙂

Además, el mandar cosas a congresos tiene varias ventajas, que dejo que se os ocurran a vosotros (lo básico es que se aprende mucho más y que normalmente nos lo tomamos mucho más en serio…).

Todo esto aplica también para otras carreras, no sólo Filosofía.

Después, cuando ya nos vamos acercando al momento hay que hacer otras cosas relativas a la decisión del Master, el tema de tesis y el director de tesis, pero esto está lejos aún.

¡Primero vivir, después filosofar!

¿Y por qué este blog se llama así? Esta frase se le atribuye a Hobbes, pero seguramente es mucho más antigua. Me gusta porque tiene varias interpretaciones interesantes que pueden expresar algunos aspectos de la Filosofía:

1) Para poder dedicarse a la vida contemplativa necesitamos primero tener el sustento cubierto. Poder vivir. La Filosofía sólo es posible si tenemos  las necesidades básicas cubiertas (y en caso de que necesitemos no hacer ciertos trabajos desagradables, también necesitamos gente que nos haga esos trabajos). No hay que perder de vista que la filosofía, la vida dedicada al conocimiento (al menos en su significado originario), tiene que ver con el ocio. Del mismo modo que “escuela” viene de ocio, porque sólo se podían dedicar al conocimiento aquellos que no tenían otra cosa que hacer. ¿Sigue nuestra sociedad siendo así? ¿Qué se entiende por conocimiento en nuestra sociedad?

2) La Filosofía está en muchas ocasiones basada en la experiencia vital. Para comprender bien la filosofía hay que haber vivido, experimentado, entendido las situaciones de las que hablan los filósofos. La filosofía se entiende bien cuando la podemos relacionar con nosotros mismos y nuestra vida. Por eso, primero vivir y después filosofar.

3) El estereotipo de filósofo suele ser un tipo que hace teorización desde el sillón y que está en su torre de marfil. Por ello hay quien utiliza esa frase para señalar que la Filosofía debe tener los pies en la tierra, y se debe ocupar de los problemas que afectan a la gente.  Aquí podría ser relevante la tendencia a la excesiva profesionalización (o academización) que ocurre en algunas facultades, y en la vida académica en general. Esta excesiva profesionalización consiste en entender la Filosofía, que es esencialmente una disciplina generalista, como parcelada, y en entender el trabajo de los filósofos como el de expertos que saben mucho de su estrecho campo de investigación y publican papers en revistas de impacto. Este modelo es tomado de las ciencias y no necesariamente se aplica adecuadamente a las humanidades. Esto fomenta que los filósofos se ocupen profesionalmente de una serie de problemas concretos y pierdan un poco la visión de conjunto y el análisis de la sociedad en la que viven. La frase primum vivere deinde philosophari vendría a recordarnos que la filosofía haría mejor en ocuparse de lo que realmente nos importa a las personas en general (de problemas sociales, por ejemplo, recuperar la idea de discurso liberador, de discurso crítico, de lo que tiene que ver con la vida, el papel del filósofo como crítico social, como fuente de denuncia de los problemas y las desigualdades. O el problema de la existencia, del sentido de la vida, de la muerte, de cómo vivir mejor.). Una variante de esto es la idea de que los filósofos lo que tienen que hacer es cambiar el mundo (frase que os sonará). Eso sí, si eres filósofo profesional, la forma de mantenerte vivo, es publicar, en los temas que en ese momento piten. Publish or perish. (Ni que decir tiene que esto es la visión de una persona a la que le gustan esos temas. Pero por supuesto esto es muy discutible, y habrá muchísimos filósofos con otra idea sobre el papel de la filosofía.)

4) Hay una interpretación libre que dice “Primum bibere deinde philosophari”: Primero beber, después filosofar. Autoexplicativa. In vino veritas.